La construcción de estas plantas movilizará una inversión conjunta superior a los €1.700 millones y su capacidad total instalada será de 2,2 GW. El proyecto contribuirá a acelerar la transición energética, la seguridad del abastecimiento de energía, la acción por el clima y la cohesión social en Europa. Esta operación contribuye a REPowerEU, el programa de la UE para incrementar la autonomía energética de Europa.
Además, el proyecto tendrá una componente de innovación que ayudará a la integración de renovables, sin duda uno de los grandes retos para alcanzar los objetivos climáticos de Europa. Algunos de los proyectos fotovoltaicos incluirán hibridación con energía eólica y con sistemas de baterías para el almacenamiento de la energía. Los sistemas híbridos permiten generar energía fotovoltaica cuando brilla el sol y energía eólica cuando sopla el viento, complementándose y compartiendo un mismo punto de conexión para garantizar un suministro más estable. El almacenamiento de energía es un pilar fundamental de la transición energética, ya que permite flexibilizar la producción de energía renovable y garantizar su integración en el sistema.
La operación se enmarca dentro del compromiso de Iberdrola por la descarbonización del planeta. En esta estrategia, la compañía tiene previsto invertir más de €47.000 millones entre 2023 y 2025 para impulsar la transición energética, el empleo y las emisiones netas nulas.