El pacto, sellado durante una reunión por videoconferencia, fue posible después de que Alemania y Francia llegasen la víspera a un acuerdo sobre las grandes líneas de la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, lo que ha permitido a España cumplir uno de los grandes objetivos que se había marcado para su presidencia del Consejo de la Unión Europea. El acuerdo se ha rubricado tras casi dos horas de reunión y una vez Italia ha retirado su petición de obtener más margen fiscal para impulsar la transición ecológica de la industria.
El tiempo apremiaba, ya que las normas fiscales recogidas en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento volverán a entrar en vigor en el año 2024, después de años en el congelador para hacer frente a los estragos económicos tras la pandemia. Según ha anunciado la presidencia española vía redes sociales, el acuerdo alcanzado asegura “tanto la estabilidad como el crecimiento con normas que son equilibradas, realistas y adaptadas tanto para los retos presentes como futuros”.