Hernández, CEO y fundadora de Roll’eat, explica que “durante más de una década, el Boc’n’Roll ha revolucionado nuestra forma de llevar y disfrutar de los bocadillos al mismo tiempo que ha transformado los hábitos de consumo de millones de personas, contribuyendo de forma positiva en el medio ambiente”. Según apuntan desde Roll’eat, este producto reutilizable consigue reducir la huella de carbono en más del 98%, según un estudio encargado por Roll’eat a EHS Tecnhiques, y logra eliminar por completo el uso del papel de aluminio, un gran contaminante que no es biodegradable y puede permanecer en el medio ambiente hasta 200 años. Precisamente, según datos de Roll’eat, el ahorro de carbono conseguido utilizando un Boc’n’Roll durante sus 6 años de vida útil equivale a las emisiones generadas por un coche que viaja una distancia de 150 km. “En este sentido, contando las 5 millones de unidades vendidas, se ha contribuido a ahorrar unas 140.000 toneladas de CO2, lo equivalente a un coche que da la vuelta al mundo… ¡17.000 veces!”, explica la fundadora de Roll’eat.
El buen hacer de Roll’eat con el Boc’n’Roll ha sido reconocido con diferentes premios, entre los que destacan una distinción por parte de la Agencia Catalana de Residuos (Ecodisseny) en el año 2011, el Premio Solutions en 2014, y el Premio Ethical Style en 2022, poniendo en valor un producto que no solo aporta soluciones inteligentes a los problemas del día a día, sino que destaca por su diseño y originalidad. Además, desde el año 2016, el Boc’n’Roll ha ido llegando progresivamente a nuevos continentes, como Asia y, más recientemente, América. “Hemos llevado la reducción de residuos más allá de nuestras fronteras, adaptando el producto a los hábitos de consumo internacionales”, añade la CEO de Roll’eat.
Desde sus inicios, Roll’eat ha establecido colaboraciones con marcas como Mr. Wonderful y ha ayudado a reducir residuos a firmas como Danone Waters, Delifrance, Nestlé Aquarel, Vogue, SEAT o WWF. También se ha trabajado para hacer llegar el Boc’n’Roll a toda la población, especialmente a través de acciones con colegios y la administración pública para fomentar un estilo de vida sostenible y promocionar la educación ambiental. “Gracias a este producto sencillo pero innovador, hemos conseguido trabajar con más de 2.000 escuelas de toda España, pero también a nivel europeo en Bélgica, Francia y Holanda, además de distintas universidades”, detalla Hernández.
Por otro lado, la compañía se ha involucrado en diferentes acciones de educación medioambiental, organizando las tres ediciones del concurso escolar “Recreos sin residuos” que animaba a las escuelas del país a diseñar un modelo de Boc’n’Roll original y creativo. En cuanto a las administraciones públicas, en estos 15 años se ha colaborado con más de 300 ayuntamientos de España y unas 600 instituciones. También se ha trabajado de manera conjunta con la Generalitat de Cataluña, el Gobierno de Navarra, el Govern d’Andorra, la Junta de Comunidades de Castilla – La Mancha, la Diputación de València, la Diputación Foral de Gipuzkoa, entre otras.